La pandemia ha unido y visibilizado en redes sociodigitales a las integrantes de esta colectiva, quienes consideran que en otros espacios, al hablar de feminismos y temas de género, no había énfasis en las experiencias de las mujeres con discapacidad.
The Killers vino por primera vez a México. Era diciembre de 2006 y, como parte de su gira “Sam's Town”, la banda de rock estadounidense dio un concierto en Monterrey, Nuevo León y otro en la capital del país.
Maryangel García-Ramos quería ver a su grupo musical favorito, pero la Arena Monterrey no era del todo accesible para las personas con discapacidad. A pesar de que había ahorrado, su silla de ruedas no podía estar tan cerca de los músicos Brandon Flowers y Dave Keuning como ella deseaba.
Ése fue el primer momento en el que la regiomontana reflexionó sobre su discapacidad adquirida a los 13 años.
“Fue el detonador para darme cuenta de que esto era importante. Acabé en el Congreso del Estado, en un parlamento juvenil. Noté que mi voz tenía una resonancia importante”, menciona en entrevista.
De acuerdo con la asociación civil mexicana Juntos, hay dos maneras en las que se manifiesta una discapacidad: congénita, es decir, que se desarrolla dentro de los tres primeros años de vida o incluso antes de nacer; y adquirida por una persona a lo largo de su vida, ya sea por enfermedad o accidente.
“Utilizo silla de ruedas o scooter andador para trasladarme por el mundo. En un principio no movía nada las piernas, ahorita un poquito, pero no puedo caminar. Entonces yo la adquirí por un tema de una malformación neuro en mi columna vertebral que no era genética, o sea, que sucedió de la nada”, dice.
Maryangel llegó por primera vez al Congreso de Nuevo León mediante el Tercer Parlamento de la Juventud del estado, el cual se celebró los días 3 y 4 de diciembre de 2009. En dicho parlamento, 42 jóvenes (incluida García-Ramos) debatieron temas como la generación de oportunidades laborales, tanto en el sector público como en el privado, para quienes recién egresaban, personas con discapacidad y mujeres embarazadas.
“Para mí ese momento cambió mi vida y yo decidí que quería trabajar en esto. Quería ser profesional, que ésa fuera mi carrera y conocer más sobre diversidad, inclusión”, afirma Maryangel.
García-Ramos estudió Diseño de Moda en el Centro de Estudios Superiores de Diseño de Monterrey (CEDIM) de 2006 a 2010, de acuerdo con su perfil de LinkedIn. Pero por su interés en los derechos humanos de las personas con discapacidad, de diciembre de 2009 a marzo de 2011 fue asistente de Martha de los Santos, legisladora en el Congreso local de Nuevo León.
El 8 de junio de 2010, ya con Maryangel como su asistente, la diputada De los Santos presentó la “Iniciativa de reforma por adición de un artículo 34 Bis a la Ley de Personas con Discapacidad del Estado de Nuevo León”, que fue turnada a la Comisión de Salud y Atención a Grupos Vulnerables, y aprobada en el Pleno el 14 de diciembre de 2010 con 38 votos a favor. La modificación partía de la experiencia de García-Ramos en el concierto de The Killers.
“En los eventos deportivos, culturales y artísticos que se realicen en el Estado, se deberá procurar se reserve al menos uno y hasta dos por ciento del total de los lugares para personas con discapacidad, ubicados en distintas posiciones y de diferentes costos, debiendo destinar al menos un lugar de mayor y uno de menor valor, proporcionando el espacio que se requiera para su comodidad.
“Asimismo, se deberá procurar destinar sin ningún costo mínimo diez por ciento de la cantidad de lugares que se reserven para personas con discapacidad, para aquéllas de escasos recursos que cuenten con identificación expedida por el Gobierno del Estado de acuerdo al padrón de apoyo a personas con discapacidad”, indica el artículo que finalmente se publicó en el Periódico Oficial de Nuevo León el 24 de diciembre de 2010.
La norma sobre la población con discapacidad de Nuevo León cambió en 2014 a lo que ahora se conoce como Ley para la Protección de los Derechos de las Personas con Discapacidad. El artículo de Maryangel y De los Santos se mantuvo, aunque ahora en el número 43 en vez del 34 Bis.
Tal como se lo planteó, García-Ramos se ha seguido preparando. De 2018 a 2020 cursó una Maestría en Administración de Negocios, conocida por sus siglas en inglés como MBA, en Administración y Dirección de Empresas en EGADE Business School.
La licenciada y maestra sale de la estadística. En México una de cada 10 personas con discapacidad ha aprobado al menos un grado de educación superior, según el Prontuario de Resultados de la Encuesta Nacional sobre Discriminación (Enadis) 2017. Los datos muestran que, entre más edad, hay menos posibilidades de estudio: 79.5 por ciento de la población con discapacidad de 6 a 14 años asistía a la escuela; en tanto, el porcentaje bajaba hasta 28.6 por ciento cuando se trataba de población con discapacidad de 15 a 24 años.
Hoy Maryangel es consultora y conferencista en temas de inclusión y discapacidad, lleva más de seis años como líder de la Oficina de Diversidad e Inclusión del Tecnológico de Monterrey a nivel nacional. Y es la fundadora de Mexicanas con Discapacidad, un movimiento de colaboración colectiva que nació en Monterrey a finales de 2017, para crear una comunidad que cambie las narrativas excluyentes y luche por sus derechos, representatividad e incidencia política en la toma de decisiones.
García-Ramos dice que su idea de crear Mexicanas con Discapacidad surgió en un contexto donde ya había otras organizaciones en el país enfocadas en personas con discapacidad en general, pero no en las mujeres. Ahora la colectiva está por convertirse en una asociación civil.
“Cuando hablábamos de feminismos o de los temas de género, no hacíamos el énfasis particular en las experiencias de las mujeres con discapacidad. Entonces, para mí era bien importante que las visibilizáramos, pero desde un tema de hacer comunión: ¿cómo nos encontramos, dónde estamos? Nace con esa idea de reunirnos entre nosotras, de contar nuestras historias”, explica.
Según el Inegi, las mujeres con discapacidad son mayoría en este sector de la población, pues representan 53 por ciento. Cumplir con el propósito de agruparse en comunidad sin importar la entidad ha sido posible gracias a las redes sociodigitales.
“Creo que la plataforma digital ahorita ha sido lo más importante para nosotros, especialmente en pandemia. Nos dio el espacio para poder conectar con otras mujeres con discapacidad. Sabemos que no todas a lo mejor tienen acceso a un grupo de Facebook, pero creamos una comunidad”, menciona.
El grupo de Facebook al que se refiere Maryangel se llama “Comunidad- Mujeres Mexicanas con Discapacidad” y tiene 347 integrantes que viven con esta condición o que son aliadas. El ciberactvismo que realizan consiste en la publicación de historias con texto y fotografías, charlas llamadas “Disability Talks” para tocar temas como sexualidad, interseccionalidad y feminismos, y talleres como el de amor propio, realizado en julio de 2021, o el de “Derecho a vivir una vida libre de violencia y la App Morada como herramienta de prevención”, llevado a cabo en febrero de este año.
El contenido de éstas y otras actividades ha circulado en redes sociodigitales con hashtags que ayudan a posicionar días conmemorativos como el 12 de septiembre, Día Nacional de las Mujeres con Discapacidad, aprobado en septiembre de 2020 con 98 votos a favor en el Pleno del Senado de la República, o el 3 de diciembre, Día Internacional de las Personas con Discapacidad, declarado así por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en 1992.
“Los hashtags y los movimientos de redes sociales han sido importantísimos para hacernos visibles, especialmente en Twitter y en el tema de contar nuestras historias. La visibilidad de las mujeres con discapacidad ahora está mucho más presente, en estos últimos años particularmente”, asegura.
García-Ramos lamenta que la pandemia haya impactado de forma negativa en esta comunidad. “Las personas con discapacidad se ven afectadas de manera desproporcionada por el COVID-19: directamente, debido a un mayor riesgo de infección y a las barreras que les dificultan el acceso a la atención de salud; indirectamente, debido a las restricciones impuestas para contener la propagación del virus (por ejemplo, paralización de los servicios de apoyo)”, según la OMS.
Pero al mismo tiempo la pandemia las ha unido y visibilizado más. Las redes sociodigitales de Mexicanas con Discapacidad crecieron a partir de la pandemia; otras personas notaron que su ciberactvismo no era actual, sino que ya contaba con una trayectoria de tres años.
“Nos empezamos a concentrar en los espacios digitales, entonces mucha gente volteó a ver lo que veníamos haciendo desde antes. Las redes de mujeres con discapacidad, por nuestra parte, crecieron, las actividades, los contenidos y fue increíble. Nuestro ciberactivismo y el alcance de la visibilidad fueron mucho más grandes en muy poco tiempo, por lo menos en dos años”, comenta.
El siguiente paso son los encuentros presenciales y no dejar a nadie atrás, como dice una de las frases que distingue la lucha de esta población.
“Para mí fue un momento impresionante porque acabé viendo a The Killers hasta adelante, entonces yo decía ‘Rompí el sistema, lo logré’. Pero no rompí ningún sistema, no podemos decir que estamos saliendo adelante si hay un montón de nosotras que se quedan atrás”, sostiene la activista en espacios físicos y digitales que formó una comunidad de mujeres con discapacidad.