Durante 2020, más de diez mujeres de diferentes entidades del país formaron desde la virtualidad la Red Nacional de Feministas con Discapacidad, que lucha por el derecho a una vida libre de violencias.
Era el año de la pandemia de COVID-19 en México y la Red Nacional de Feministas con Discapacidad (Femidiscas) hizo un pronunciamiento en redes sociodigitales por el 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de las Violencias contra las Mujeres.
“Hacemos un llamado a las diferentes vertientes feministas para que abran sus espacios, nos visibilicen y con ello nos permitan participar en la toma de decisiones que incluya a todas las mujeres con todas sus intersecciones. Es así como les invitamos a repensar las diferentes formas de hacer activismo”, dice el documento que fue publicado en texto y video.
Durante 2020, más de diez mujeres de diferentes entidades del país que viven con discapacidades y enfermedades discapacitantes formaron una red de apoyo para hacer ciberactivismo en Facebook e Instagram y visibilizar sus necesidades, las cuales se agudizaron a causa de la contingencia sanitaria. Esta agrupación surgió a partir de amigas que invitaron a otras a sumarse a Femidiscas, aun sin conocerse en persona, sólo en reuniones virtuales.
“Nos enunciamos desde la enfermedad, la discapacidad, la locura. Nos parecía superimportante incluir todas estas visiones en las intersecciones feministas, hablar de ciertos temas. Y fue así como decidimos armar una red que incluyera a más mujeres y ponernos a trabajar creando contenidos, talleres y foros”, menciona en entrevista Daniela Herrera, quien vive con un tipo de discapacidad conocida como “dinámica”.
En Instagram, Femidiscas se describe como mujeres con discapacidad luchando por el derecho a una vida libre de violencia, del cual existe una ley general desde 2007. Otro marco legal es la Ley General para la Inclusión de las Personas con Discapacidad, que data de 2011.
“Será prioridad de la administración pública adoptar medidas de acción afirmativa positiva para aquellas personas con discapacidad que sufren un grado mayor de discriminación, como son las mujeres”, establece el artículo 4.
En Facebook, la red reclama su lugar en las luchas feministas, pero desde una militancia contracapacitista y anticuerdista. El capacitismo es una forma de violencia que consiste en prejuicios y estereotipos culturales negativos que menosprecian a las personas con discapacidad, de acuerdo con el diccionario ¿Cómo se dice?, de AT&T y Yo También.
La organización civil Documenta explica que, dentro del capacitismo, existen múltiples variantes como el cuerdismo, es decir, la discriminación a las personas diagnosticadas por la psiquiatría, desde una perspectiva de superioridad cuerda. Para Gabriela Aragón, quien se define como una mujer neurodivergente aunque también le gusta la etiqueta política de loca, el anticuerdismo es importante dentro de los feminismos ya que vive con Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) desde su infancia.
“No podemos dejar de mencionar que ya muchas de nuestras compañeras hacían ciberactivismo, pero no de la pandemia, ¿me explico?, ¡de añísimos! En mi caso, Femidiscas fue resignificar el feminismo excesivamente capacitista”, refiere Gaby.
Helen Meekosha, profesora asociada de la Universidad de Nueva Gales del Sur, publicó en 2002 el artículo llamado “Virtual Activists? Women and the Making of Identities of Disability”, en el cual mostró el proceso de formación y crecimiento de los movimientos sociales de mujeres con discapacidades. Meekosha menciona que su activismo comenzó a ganar reconocimiento a partir de la década de 1980 y que en los 2000 internet lo potenció.
“Todas ya hacíamos ciberactivismo de algún modo. Pero cuando nos encontramos fue como perfilar en colectivo esto que nosotras ya veníamos haciendo en lo individual”, comenta Elizabeth Pérez, una mujer con discapacidad visual de nacimiento que forma parte de la red.
“Tomar las calles no es una experiencia universal. Para muchas de nosotras, la lucha disca se hace desde la virtualidad”, dice un cartel que Femidiscas publicó en un video con LSM el 8 de marzo de 2021. Ese Día Internacional de las Mujeres, México aún estaba en confinamiento debido a la pandemia de coronavirus; sin embargo, por su condición, las personas con discapacidad llevaban más tiempo de encierro.
“Me gustaría que se reconozca que para muchas mujeres en condición de discapacidad y enfermas no se trata de una elección. No es que hayamos dicho ‘yo elijo hacer activismo virtual, desde mi cama, desde el encierro’, sino que ha sido una de las únicas herramientas mediante las cuales hemos podido denunciar las violencias que vivimos, conectarnos y vincularnos con otras personas que viven en nuestras condiciones y que no nos juzgan ni nos exigen que nos ajustemos a lo presencial”, señala Herlinda Rojas, integrante de Femidiscas.
Para las mujeres con discapacidad, los aparatos auxiliares representan una extensión de su cuerpo. Y las que realizan ciberactivismo consideran que las redes sociodigitales también lo son, ya que disminuyen los límites físicos a los que se enfrentan.
Sin embargo, las mujeres con discapacidad han experimentado distintas violencias en espacios digitales: amenazas, insultos, memes capacitistas, porno inspiracional y representaciones erróneas en los medios de comunicación. El informe La violencia en línea contra las mujeres en México retoma que, según el Módulo sobre Ciberacoso 2015 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), el único registro de carácter nacional, al menos 9 millones de mexicanas han sido víctimas de ciberacoso.
La contingencia sanitaria incrementó las actividades virtuales y Femidiscas espera que esta forma de accesibilidad se mantenga, pues muchas mujeres con discapacidad viven confinadas por su condición. La red fue beneficiaria en el Programa de Apoyo a la Producción e Investigación en Arte, Medios y Discapacidad 2021, por lo que sus integrantes ya alistan su propia página web para continuar con su ciberactivismo y, gracias a su alcance, cumplir la consigna #NadaSobreNosotrasSinNosotras.
“Muchas veces he escuchado esto de ‘le damos voz a las mujeres con discapacidad’ pero no es así. Lo que necesitamos es crear espacios de escucha, como Femidiscas, porque la voz ya la tenemos”, dice Nur Matta, diagnosticada con neuromielitis, sobre las posibilidades que ofrecen las redes sociodigitales para visibilizar a esta intersección de los movimientos feministas.