Una forma de hacer ciberactivismo es la docencia: Hilda Vázquez lleva más de dos décadas dando conferencias, talleres y charlas sobre discapacidad y tecnología, sobre todo en redes sociodigitales.
Los teléfonos inteligentes son el medio móvil más usado en México, pues nueve de cada 10 personas con celular tienen un smartphone, según la Endutih de 2020. La mayoría de estos equipos tiene una pestaña llamada “Accesibilidad” en la sección de “Ajustes”; ahí es posible habilitar opciones como “TalkBack” o “Seleccionar para pronunciar”, para dar órdenes al celular con la voz o escuchar lo que aparece al pasar los dedos por la pantalla, respectivamente.
Enseñanzas como ésta transmite Hilda Vázquez, quien lleva más de dos décadas dando conferencias, talleres y charlas sobre discapacidad y tecnología.
“Más que otra cosa, soy una persona terca”, responde en entrevista al preguntarle si se considera ciberactivista.
Aunque, eso sí, asegura que en las redes sociodigitales tiene una mayor oportunidad de desempeñarse como trabajadora social con discapacidad visual.
“Trato de incidir en los espacios en donde estoy y hoy en día las redes es donde más podemos participar”, menciona.
Pero, como dice Vázquez, esa oportunidad sólo se presenta “de repente”, ya que las tecnologías siguen sin estar disponibles para todas las personas con discapacidad, como la visual, que es la segunda que más prevalece en México, según el Inegi.
De acuerdo con el Cuarto Informe en materia de Accesibilidad a Servicios de Telecomunicaciones a personas con Discapacidad y Adultos mayores, publicado en diciembre de 2021 por el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), a la fecha no existen cifras específicas que permitan conocer cuántas personas con discapacidad son usuarias de servicios de telecomunicaciones en el país, desde internet hasta telefonía fija o móvil.
Los únicos datos disponibles, señala el informe, son los de la “Primera Encuesta 2021, Usuarios de Servicios de Telecomunicaciones”, recabada por el IFT. De las personas encuestadas, 25.7 por ciento de usuarios de televisión de paga, 23.1 por ciento de internet fijo, 5.8 por ciento de telefonía fija y 5.8 por ciento de telefonía móvil tienen alguna discapacidad.
Para Vázquez, la falta de empatía y de acceso a las tecnologías representan un obstáculo.
“Por eso yo no sé si como tal me considere activista, porque es muy difícil a veces comulgar con la gente y, aunque tú tengas la razón en este ámbito de la discapacidad particularmente, pues yo sí me he enfrentado a que opino algo y de repente no todas las personas lo consideras importante, y no hay ese reflejo que a lo mejor yo esperaría”, comenta.
Pero ella no se ha detenido en su labor. Comenzó a hablar sobre discapacidad desde que era estudiante en la licenciatura de Trabajo Social de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), institución de la que egresó hace más de 25 años. Vázquez comenzó a participar en foros para abordar el modelo social de derechos humanos de la discapacidad, dejando atrás el paradigma médico rehabilitador, y continuó en proyectos de inclusión laboral.
“Fue así cuando llegamos al uso de las redes, yo tenía cierta trayectoria y, en cuanto me uní a Twitter, ya tenía seguidores”, cuenta Vázquez.
Entre 2010 y 2011, recuerda, comenzó a interactuar en redes sociodigitales, como Facebook y WhatsApp, gracias a su primer teléfono inteligente. Sobre todo emplea estas plataformas para brindar capacitaciones en el uso de las tecnologías.
“Hoy en día yo utilizo las redes sociales de muchas maneras, no sólo para brindar mi opinión, sino también para ofrecer mis servicios como instructora. A veces tengo la oportunidad de que las organizaciones me busquen y nos involucremos en algún proyecto”, dice Vázquez.
Por ejemplo, en 2021 trabajó para la Escuela para Entrenamiento de Perros Guía para Ciegos, el Instituto de Telecomunicaciones, el Instituto de las Personas con Discapacidad. Y también lo hace por su propia cuenta.
“Ahorita estoy promoviendo unos talleres de actualización para que la gente aprenda a manejar Google Drive, el gestor de correos de Windows 10 y apenas di un curso de PowerPoint, de Excel. A veces no es que no puedas o que no esté ahí la tecnología, es que no encuentras quién la enseñe”, explica la mujer que lucha desde la enseñanza.